viernes, 4 de diciembre de 2015

"Los amigos"

Características de la Narrativa del siglo XX que podemos identificar en el cuento “Los amigos” de Juan Carlos Onetti.-

En el cuento del uruguayo Juan Carlos Onetti “Los amigos”  tiene el tono realista que caracteriza al narrador, el personaje protagonista “Simón” es un artista bohemio,  solitario, alcohólico, que se enamora de una muchacha a la que sólo conoce de vista; para poder pagar un el ramo de flores que le envía cada mes, deja de ir a  los encuentros en el café con sus amigos. La acción se desarrolla en un ambiente urbano, quizá sea Santa María, aunque también podría ser Montevideo, por la mención al barrio sur.  
En este cuento podemos identificar varias características de la narrativa del siglo XX.
Una de ellas la ruptura de la linealidad cronológica, la narración no sigue un orden cronológico ascendente, por el contrario el comienzo es abrupto “Desde que la vio salir de la iglesia” no hay ninguna introducción que sitúe al lector en la situación de la obra.
 En la narrativa del Siglo XX no predomina el narrador omnisciente, en este caso el narrador adopta el punto de vista de uno de los amigos del personaje, tiene un conocimiento limitado de los acontecimientos un ejemplo es cuando  los amigos que se organizaron para ir a pedir explicaciones a Simón sobre sus ausencias, ven la luz de su cuarto encendida y no saben si se habrá quedado dormido o si no quiere salir. En el relato predomina la narración, el protagonista interviene sólo en una oportunidad.
“Simón” cumple  con las características del personaje antihéroe. Es un personaje que representa  un arquetipo de la conducta contemporánea, Simón es solitario, vive en una pensión en medio del desorden, el polvo, el abandono de la habitación coincide con su aspecto y la forma de vida que lleva. Pintando cuadros en las callecitas del barrio sur, recibiendo una pensión que no le alcanza para vivir. Los personajes de la narrativa del siglo XX ven frustrados sus deseos.  Simón se enamora de una mujer que no conoce, comienza a enviarle un ramo de flores, cuando se encuentra con ella una vez le insinúa que es él quien envía  las flores y ella le responde con una mirada de rechazo. A pesar de ello, Simón  continúa frecuentando los lugares en donde puede verla. Podemos interpretar que al finalizar el cuento  roza la locura (cita). Es rasgo distintivo del autor el crear personajes pasivos, observadores del deterioro de su vida. Marginales por su extracción social o por el oficio que ejercen —inmigrantes, prostitutas, proxenetas, periodistas bohemios, gente de teatro desarraigada—encuentran como único alivio a su soledad, la evasión en el tiempo, la locura, los vicios, el amor puro, o la propia muerte (el suicidio).

Los narradores del siglo XX experimentan con distintas técnicas narrativas que los alejan de las novelas tradicionales. Esto requiere de un lector activo que no recibe una obra acabada, o develada, por el contrario deberá descifrar parte de la trama, el final o las temáticas de las obras que no son nada predecibles. En este caso el título del cuento es “Los amigos”  cuando estos no son los protagonistas, ni siquiera logran ayudar al personaje.  En el argumento predominan la revaloración de episodios mínimos, hay un interés por mostrar los procesos interiores, la intimidad del individuo, explorar lo inconsciente, la melancolía y todo aquello que configura personalidades complejas-
Este predominio del mundo interior sobre el exterior consagró el uso del monólogo interior, la importancia de lo subjetivo. En este cuento, el narrador opina, recuerda algo e interrumpe el orden de la narración (valor de la moneda)
Los temas que se presentan en el relato son la soledad que padece el personaje. La incomunicación,  no habla con la vecina, con sus amigos y tampoco logra hacerlo con la muchacha a la que pretende. La decadencia, está presente en la descripción de la habitación, en el estado físico del personaje, y además en su alcoholismo. También hay una crítica al arte como institución,  Simón es pintor, se desempeñó como docente de Bellas Artes, y expone en galerías sin  embargo la pensión que recibe apenas le da para sobrevivir. También está presente el tema del Amor,  pero no un amor idealizado como el que predomina en la novela tradicional. La única vez que interviene la voz del personaje en el cuento cuando da las explicaciones tan requeridas por los amigos. Esa explicación llega desde la inmovilidad de la cama, pero como una verborragia. El amor aparece como un sentimiento que domina al hombre para hacerlo sufrir.

Prof. Gabriela Miraballes 

(Cabe destacar que este texto no pretende ser un análisis literario del cuento, sino como se indica en el título alguna líneas sobre las características de la Narrativa del Siglo XX que podemos identificar en el mismo. )

Fuentes:

*“La narrativa en el siglo XX”  Prof. Ma.del Huerto Prato

“La narrativa breve de Onetti”  Aurora M. Ocampo, Universidad Nacional Autónoma de México



sábado, 26 de septiembre de 2015

Los Heraldos Negros


Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! 
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

Cèsar Vallejo

lunes, 27 de julio de 2015

"El albatros" de Charles Baudelaire

Por divertirse, a veces, la gente marinera,
Atrapa los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío que surca los amargos abismos.

El poema está formado por cuatro cuartetas de versos alejandrinos, con rima encadenada (abab). Algunos críticos coinciden en señalar que el poema evoca una situación que Baudelaire vivió en su viaje a la isla Mauricio. El título del poema es emblemático, en tanto este pájaro será la figura central del poema a través de su situación el yo lírico establece un una relación de correspondencia con el poeta. El hipérbaton en el primer verso tiene el objetivo de destacar el propósito de la diversión, los marineros atrapan a los albatros sin otro motivo que la diversión, por el ocio que causa la navegación. El yo lírico destaca la grandeza del ave, su majestuosidad, su peculiaridad. Este ave es un “indolente compañero” a pesar de la actitud de los marineros, el albatros sigue acompañando, es un compañero en ese viaje de riesgos, de incertidumbre, de “amargos abismos” (sinestesia). Se refleja en esta estrofa un tema recurrente en el poeta, el tedio, el aburrimiento.

Cuando apenas han sido dejados en cubierta,
Los reyes del azur, torpes y vergonzosos,
Sus grandes alas blancas tristemente abandonan
Semejantes a remos, arrastrando a sus lados.

Los versos de la segunda estrofa desarrolla la trasformación que sufre el ave, presa de la intervención de los marineros, de la interacción con ellos. “Cuando apenas han sido dejados en cubierta” esa transformación es inmediata, “han sido dejados” se encuentra allí por la voluntad y la acción de otro. Las consecuencias son notorias, el rey del azur, se vuelve “torpe y vergonzoso”. El hipérbaton nuevamente destaca el espíritu de la acción “tristemente abandonan” la acción que realizan los marineros “por diversión” provocan tristeza en el ave. El símil muestra como las mismas alas grandes, que en el cielo lo hacen ver como un rey, en el suelo son inútiles como “remos arrastrando”

¡Qué torpe y débil es el alado viajero!
Él, antes tan hermoso, cuan cómico y cuán feo!
Uno el pico le quema acercando una pipa,
Otro rengueando imita, al cojo que volaba!

En esta estrofa se reafirma lo planteado en la estrofa anterior, se muestra al ave derrotada, rendida ante los tripulantes. El “alado viajero” (metonimia) es débil ante los marineros, está solo. Hay una antítesis entre la situación pasada (“tan hermoso”), y la actual (“cuán cómico y cuán feo”). Los versos finales de la estrofa reflejan la violencia del hombre, que no sólo violenta físicamente “el pico le quema” además lo humilla “imita”. Se reitera el cambio brusco del ave, el que antes volaba, ahora es cojo se mueve con dificultad.

El poeta es igual a este rey de las nubes
Que habita la tormenta y ríe del arquero;
Exilado en el suelo, en medio de abucheos,
Sus alas de gigante le impiden caminar.

La estrofa que cierra el poema, establece una relación simbólica entre el poeta y el albatros, transformándose en una alegoría. El poeta se compara con el albatros, que desde el cielo, en la altura el viaje de la humanidad. En el cielo ubica los ideales, lo que es imposible comprender por la humanidad ociosa e insensible. Las “grandes alas blancas” del albatros son en el poeta, la inspiración. Éstas como símbolo de espiritualidad, imaginación son grandes al igual que la imaginación que no tiene límites y blancas por su pureza. Estas cualidades vuelven al albatros un “rey de las nubes” que cuando se encuentra en el entorno que le es natural, “habita la tormenta y ríe del arquero” es poderoso, pero que exiliado en el suelo se paraliza.

El arquero, hiere, trae la muerte, los males. La tormenta es una lucha interior, que perturba, conmociona. El poeta lucha internamente para sentirse parte de la sociedad. Sin embargo, en interacción con los hombres, se siente “exiliado” ajeno, incomprendido, disminuido, humillado, por lo tanto su poesía sin recibo, es inútil.

Podemos identificar en esta composición rasgos característicos del romanticismo, como lo son la presencia de elementos naturales, en este caso el destaque del ave. También la evocación del sentimiento de soledad, de incomprensión y de otredad del artista.

También podemos reconocer elementos del simbolismo, como lo son el empleo de términos que refieren a experiencias sensoriales diferentes (empleo de la sinestesia). El uso de la metáfora, entre otros.



Fuentes consultadas:
Baudelaire, C “Las flores del Mal” Ed. Banda Oriental, Uruguay 2007. Trad y comentarios de Edmundo Gómez Pérez.

Romanticismo


· Surge a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Tiene origen en los  países nórdicos (Alemania e Inglaterra) y luego se extiende por toda Europa. Sus antecedentes son el Pre-romanticismo en Francia (Diderot y Rousseau) y el SturmundDrang de Alemania (Göethe y Schiller)
· Como movimiento cultural y artístico es vasto y de naturaleza contradictoria, razón por la cual se vuelve difícil sintetizar los elementos que lo definen.
· Abarca todas las artes: música, pintura, escultura, literatura, además de una posición estética, se proclama como una filosofía de vida.
· Surge como reacción contra el clasicismo: lo clásico se identifica con el orden y la razón; lo romántico, con la exaltación de sentimientos.
· La concepción de la naturaleza está impregnada del panteísmo de Spinoza: se trata de una naturaleza animada, habitada. Basado en el principio de un organismo vital único que adquiere diferentes formas, el romántico piensa la naturaleza y la obra de arte como una analogía. La naturaleza es simbólica y, al pensarla como un lenguaje, el poeta se convierte en un descifrador.
· "Un poema yace encerrado en la naturaleza como secreta y misteriosa cifra". Hay un intento de recrear en la poesía el lenguaje primitivo, originario de la naturaleza.
· El conocimiento romántico está impregnado por la obsesión de una pérdida y al mismo tiempo, por la intuición o esperanza de acceder a un saber absoluto, infinito: no acepta límites.
· Sentido de la poesía: es conmoción del ser y busca conmover al otro. Las poéticas románticas hablan de la poesía como éxtasis, como visitación. El poeta es alguien ajeno, alienado, en contacto con lo irracional. Esta vivencia de embriaguez, exaltación lo conduce a una vida desbordante, ardiente y sombría. Surge el concepto de lo meteórico: la poesía como una llamarada que se extingue; de ahí el cultivo de lo fragmentario.
· El romántico cultiva lo inefable, la página en blanco, la atracción por lo no dicho que se deja entrever, lo sugerente.
· Vinculada con esta vivencia mágica de la poesía, ésta se presenta como algo primitivo en un doble sentido: de arte popular y de arte infantil.
· El sueño, el elemento onírico se torna fundamental.
· El rechazo de la civilización, de la máquina se expresa en esta búsqueda de la anti-cultura.
· La sensibilidad romántica está marcada por una tendencia a lo agónico. Esta tendencia sumada a la atracción por lo raro, misterioso y lo horrible, grotesco se constituye casi como la filosofía de la enfermedad.
· Existe una negación de lo ordinario, de lo normal y un rechazo, en lo formal, por lo acabado, terminado. Se evidencia el culto por la belleza medusea, por la cabeza de Medusa donde belleza y fealdad no pueden divorciarse. El poetizar los aspectos de lo horrible, enfermo y patológico era considerado antes del romanticismo como anti-estético.
· El sentimiento de melancolía, de voluptuosidad en el dolor es un sentimiento romántico por excelencia. "La vida es una enfermedad del espíritu" decía Novalis.
· Se destaca la nostalgia, el anhelo que no se satisface nunca: la búsqueda de lo absoluto simbolizada en la flor azul de Novalis.
· El sentido del tiempo: es un tiempo de fuga, huida, retraimiento. Se opera una valoración intensa del sentido de lo histórico como algo evolutivo, como un devenir, como un cambio incesante. Hay una fuga hacia el pasado y un descubrimiento de la sensibilidad del pasado.
· Se da una exaltación del pasado y de lo nacional. Se idealiza la Edad Media y en este retorno a lo medieval se opera una revaloración del espíritu religioso.
· Individualismo: se reivindica la separación entre el individuo y la sociedad; las cosas pasan por el "yo" y el arte se vuelve introspección y confesión.
· Pesimismo: el poeta se siente incomprendido por esa sociedad que lo rechaza.
· Aportó el concepto de libertad en la vida y en el arte (formas abiertas).
· Se destaca el predominio de la imaginación y el sentimiento sobre la razón.

Para romanticismo en Francia consultar Baudelaire, Las flores del mal, Selección, traducción y comentarios: Edmundo Gómez Mango, Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 1995, pp. 7-17. .

martes, 21 de julio de 2015

Ante la Ley


Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.

-Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora.
La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:
-Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.
El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.
Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice:
-Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.
Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino.
-¿Qué quieres saber ahora? -pregunta el guardián-. Eres insaciable.
-Todos se esfuerzan por llegar a la Ley -dice el hombre-; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?
El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora:
-Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.

Franz Kafka

martes, 23 de junio de 2015

EL GORRIÓN SOLITARIO
Desde la cima de la antigua torre,
solitario gorrión, hacia los campos
cantando vas hasta que muere el día;
y la armonía corre por el valle.
La primavera en torno
brilla en el aire y en el campo exulta,
tal que al mirarla el alma se enternece.
Escuchas los balidos, los mugidos;
las otras aves juntas, compitiendo
dan alegres mil vueltas por el cielo
libre, y celebran su estación mejor:
tú ajeno y pensativo miras todo;
sin volar, sin amigos,
del juego huyendo y sin cuidar del gozo;
cantas, y así atraviesas
la flor más bella de tu edad y el tiempo.

¡Oh cuánto se parecen
nuestras costumbres! Risas y solaces,
dulce familia de la edad temprana,
ni a ti, amor, de los jóvenes hermano,
suspiro acerbo de provectos días,
busco, no sé por qué; y es más, de ellos
casi a lo lejos huyo;
casi solo, y extraño
a mi lugar natal,
paso de mi vivir la primavera.
Este día que ahora ya anochece,
celebrar se acostumbra en nuestra villa.
Se oye el son de una esquila en el sereno,
se oyen férreos cañones a lo lejos,
atronadores de una aldea en otra.
Toda la juventud
con los trajes de fiesta
deja las casas, corre por las calles;
y mira y es mirada, y su alma ríe.
Yo saliendo a los campos
en soledad por tan remota parte,
todo deleite y juego
para otro tiempo dejo; y al tender
la vista al aire ardiente,
me hiere el sol, que tras lejanos montes
se disipa al caer, como diciendo
que la dichosa juventud desmaya.

Cuando a la noche llegues, solitario,
del vivir que los astros te concedan,
en verdad tu conducta
no llorarás; pues da naturaleza
todos vuestros anhelos.
A mí, si el detestado
umbral de la vejez
evitar no consigo,
cuando mudos mis ojos a otros pechos,
ya ellos vacío el mundo, y el mañana
más tétrico y tedioso que el hoy sea,
¿qué me parecerá de tal deseo?
¿y qué estos años míos? ¿Qué yo mismo?
¡Ay, me arrepentiré, y frecuentemente
hacia atrás miraré, mas sin consuelo!

Giacomo Leopardi (Traducido por Antonio Colinas)

miércoles, 10 de junio de 2015

EL ALBATROS

Por divertirse, a veces la gente marinera,
atrapa a los albatros, grandes aves del mar,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al navío que surca los amargos abismos.

Cuando apenas han sido dejados en cubierta,
los reyes del azur, torpes y vergonzosos,
sus grandes alas blancas tristemente abandonan
semejantes a remos, arrastrando a sus lados.

¡Qué torpe y débil es el alado viajero!
Él, antes tan hermoso, cuán cómico y cuán feo!
Uno el pico le quema acercando una pipa
otro rengueando imita, al cojo que volaba!

El poeta es igual a este rey de las nubes
que habita la tormenta y ríe del arquero;
exiliado en el suelo, en medio de abucheos,
sus alas de gigante le impiden caminar.

Charles Baudelaire